Hoy hace su entrada en el mercado español Amazon y en enero lo hará Netflix. Su objetivo es lograr una buena posición en un mercado que está dominado por los piratas. España es el país con más piratería de Europa y uno de los mayores del mundo. Es de los pocos donde el robo de propiedad intelectual está socialmente aceptado.
 
Bandera pirata
 
Apple, con su iTunes, y Spotify han lograron que el público se acostumbre a pagar por descargarse canciones de Internet. Netflix va a intentar lo mismo con el alquiler virtual de películas y series de TV (streaming). La industria del cine confía que Netflix seduzca al público y contribuya a reducir los escandalosos niveles de piratería que hay en el país. Sin embargo, Netflix se encontrará en España con la dificultad de que aquí no hay cultura de pagar por la televisión y de que el comercio electrónico está muy poco desarrollado.
 
Quizás las cosas cambien con la llegada del otro gigante mundial del comercio electrónico. Amazon ha triunfado gracias a sus bajos precios, una gran agresividad comercial, mucho volumen y una logística envidiable. Con un par de clics es suficiente para realizar una compra y tener el libro en el domicilio en 2 días. En España venderá libros, música, películas, productos de electrónica, informática y juegos. Todo ello en formato físico y a finales de año comenzarán a poderse hacer las descargas digitales. Amazon sigue la misma estrategia que Apple: el lector oye hablar de un título y en segundos ya lo tiene disponible en su tableta. Amazon sufrió una grave crisis en el año 2000 a causa de los altos costes de distribución y el escaso margen comercial con el que operaba. Pero en el 2007 se revitalizó gracias al lanzamiento del lector de libros electrónicos Kindle, que supuso una auténtica revolución para la empresa, y permitió que ahora Amazon venda ya más libros en formato digital que en papel.
 
En definitiva, la llegada de Amazon y Netflix a España puede suponer el impulso definitivo al comercio electrónico en nuestro país. La calidad del servicio, su fácil uso y sus precios asequibles quizás faciliten que los piratas dejen de campar a sus anchas en el mercado, y que España abandone ese triste puesto de ser el país con más piratería de Europa.